La distribución de un aula puede definir las metodologías que se aplican en ese espacio educativo. En pleno siglo XXI y con un cambio evidente en la educación, seguimos encontrándonos con los mismos espacios de la escuela tradicional: hileras de mesas con sillas orientadas en dirección al profesor. ¿Es tu caso y quieres cambiar la disposición de tu aula? ¡Pues no dejes de leer!
Loris Malaguzzi ya introducía el concepto del tercer educador, con el que se refería al ambiente, un espacio educativo que influye en el proceso de aprendizaje. Asimismo, María Montessori nos explicaba que el ambiente del aula debía provocar curiosidad, interés y motivación a los alumnos, así como disponer de todos los elementos al alcance de estos para potenciar su autonomía y libertad. Más adelante, en el 2004, nació la neuroarquitectura, la ciencia encargada de estudiar los entornos donde se produce el proceso de enseñanza aprendizaje y que nos aporta consejos e ideas de cómo deben de ser los espacios educativos. De hecho, se asemejan curiosamente mucho a lo que ya planteaban Malaguzzi y Montessori.
El aula es un espacio educativo que debe ser dinámico, estético y organizado según las necesidades de los niños y niñas. Actualmente, los alumnos deben pasarse 8 horas sentados, sin apenas moverse y atendiendo la mayoría del tiempo al docente. Pero gracias a las investigaciones con las que contamos actualmente, sabemos que la atención es un aspecto que tiene un corto tiempo de duración, que se aprende mejor si estamos alegres y que los niños para aprender necesitan moverse
¿Qué elementos deben tenerse en cuenta en la reorganización del espacio?
No hay un único diseño del aula, sino que este dependerá de los principios metodológicos del centro, las políticas educativas, el contexto social… Hoy en día la manera de enseñar está cambiando, ya que se han incorporado principios como la personalización del aprendizaje o el trabajo cooperativo. ¿Cómo no cambiar también el espacio donde se desarrollan? Existen algunas ideas innovadoras para que empieces a distribuir tu clase según tu propia metodología.
- El aula: ¡Este concepto se está quedando obsoleto! Tal como propone Malaguzzi en sus escuelas Reggio Emilia, las paredes deben desaparecer para construir espacios educativos amplios, que permitan una continua interacción entre los alumnos, la experimentación y el descubrimiento. Lógicamente, si tu escuela no está preparada aún para hacer este gran cambio, siempre puedes empezar por tu clase.
- Los espacios comunes: Recuerda que los pasillos o el patio también se pueden utilizar para propiciar situaciones de aprendizaje. Aprender es una acción que puede ocurrir en cualquier lugar y con cualquier persona.
- La versatilidad: Los espacios deben ser versátiles y polivalentes, para que un mismo espacio se pueda utilizar para dar una conferencia, para representar una obra de teatro, para las reuniones con las familias… Por eso, el mobiliario debe ser fácil de mover, de recoger y adaptable; y es importante que, si en un mismo espacio existen diferentes zonas de trabajo, se delimiten correctamente.
- La edad: Cuando los espacios son comunes y el concepto del aula ya no existe, el aprendizaje puede producirse con niños y niñas de diferentes edades.
- La estética de los espacios: La iluminación, los colores, las formas… estos aspectos tienen una gran influencia en el aprendizaje de los alumnos. Es importante que los espacios tengan y aprovechen la luz natural. Los colores deben ser más vivos y llamativos y las formas más orgánicas y no tan geométricas. Todos estos aspectos pueden despertar la motivación de los alumnos, así como las ganas de asistir a la escuela, el bienestar, la comodidad y placer.
- Las TIC: Muchas escuelas ya no utilizan como material didáctico el libro de texto, sino que optan por digitalizar el aprendizaje utilizando tabletas y ordenadores. Por ello es importante que las infraestructuras dispongan de enchufes, wifi, proyectores, etc.
- El tiempo: Este factor ya no debe considerarse en clases de 50 minutos, sino que se espera una disolución del tiempo para poder personalizar el aprendizaje de tal manera que los alumnos trabajen a su propio ritmo y se organicen como crean conveniente. Para ello, trabajar por proyectos es una metodología genial.
- La jerarquía, el poder: El alumno es el centro del aprendizaje y el docente adquiere un rol de guía, un cambio que debe reflejarse también en el aula. No hacen falta tantas sillas, ni tantas mesas y tampoco que estén orientadas hacia el profesor o profesora. El aula se debe concebir como un espacio donde los aprendizajes serán bidireccionales entre el docente y el alumno así como entre los iguales.
- Las metodologías: Según la metodología que pongas en práctica, se requieren diferentes distribuciones. Si queremos promover un debate, será necesario que todos, alumnos y docentes, se vean las caras. Asimismo, si se pretende hacer una exposición, es necesario enfocar la atención hacia la persona que está hablando. Cuando se trabaje en equipo debe poder fluir la comunicación y para ello se puede trabajar en mesas agrupadas o en el suelo con cojines. En este momento entra en juego tu imaginación y originalidad para que los objetivos que te propongas se alcancen con la máxima eficacia posible.
Algunas experiencias interesantes como referencia
No puedes perderte estos ejemplos de escuelas que ya están modificando sus espacios educativos:
- Escuelas Vittra: Son escuelas que disponen de espacios amplios y un mobiliario muy curioso que se basa en 5 principios metodológicos.
- Fuji Kindergarten: Es una escuela infantil con forma ovalada que pretende romper con las jerarquías formales, la segregación de los espacios y las limitaciones.
- Design 39 campus: Este proyecto surgió para fomentar el design thinking y cambiar la metodología, que basaron en tres pilares principales: la integración, la flexibilidad y la colaboración.
- Escuelas Jesuitas: Un proyecto que ha sido consensuado con los diversos agentes educativos, con unos objetivos claros y propios del siglo XXI.
- Ritaharju School: Un edificio que comparten la escuela, una biblioteca, un centro de día para personas mayores y un centro con servicios para jóvenes. Todos ellos con unas metodologías y espacios educativos innovadores, flexibles y abiertos con una gran integración de las TIC.
Si has llegado hasta aquí, es que ya estás preparado para cambiar tu clase y que tus alumnos sonrían al entrar, se lo pasen bien y disfruten aprendiendo. ¡Ahora está en tus manos! Si te ha gustado este artículo, no dudes en leer la entrevista a Rosan Bosch